¿Cómo usar la tecnología para fortalecer la educación a distancia?




La emergencia del COVID-19 ha traído a nuestras vidas muchos cambios y mucha incertidumbre sobre lo que ocurrirá después de que pase el temblor. Dado que el distanciamiento social llegó para quedarse, al menos por un tiempo, debemos agradecer mucho a las tecnologías que nos están ayudando a sustituir en casa muchas de las rutinas que más valoramos, como el trabajo y la educación. En este punto, sin embargo, muchos se preguntarán cómo garantizamos la calidad de la educación de ahora en adelante, en la distancia.

En las condiciones actuales, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) son nuestra mejor esperanza de continuar de una forma más o menos normal con el proceso educativo, ya que no hacerlo tendría graves consecuencias a nivel de aprendizaje para millones de niños. En América Latina, hay una gran cantidad de iniciativas públicas y privadas que en mayor o menor medida hacen uso de las tecnologías para brindar educación a distancia.

A pesar de los buenos esfuerzos de muchas instituciones en todo el mundo, la realidad es que la educación virtual no genera tan buenos resultados cuando sustituye a la educación presencial. En el ámbito escolar desafortunadamente no existe demasiada evidencia al respecto, y la que existe no es buena. En dos estudios, en India y en Estados Unidos, encuentran que cuando se sustituyó la clase presencial por una virtual, para reforzar contenidos o para recuperar créditos perdidos en matemáticas, el rendimiento de los alumnos empeoró.

Aunque esta evidencia puede parecer un poco desalentadora, tengamos presente que las TIC han sido concebidas hasta ahora más bien como un complemento de la educación presencial, y no como un sustituto, particularmente en la etapa escolar, y es precisamente sobre su efectividad como complemento que sí hay evidencia muy positiva. Esta evidencia además arroja algunas lecciones interesantes sobre cómo orientar los esfuerzos actuales hacia el diseño de una experiencia de aprendizaje a distancia que sea más enriquecedora y con mejores resultados.

Incorporar tecnología en el proceso de aprendizaje puede despertar el interés y la curiosidad de los alumnos. Pero se sabe que aumentar el acceso a TIC (bien con equipos o bien con softwares) no suele ser por sí solo garantía de mejores aprendizajes. Para potenciar el aprendizaje de los alumnos, un componente clave de los programas de aprendizaje asistido por computadora (CAL, por sus siglas en inglés) es la experiencia interactiva. Softwares prometedores como Mindspark limitan el uso de videos instruccionales durante los cuales los alumnos pueden perder la atención y procuran, en cambio, múltiples instancias en las que se requiere que los estudiantes interactúen con el sistema. Esta interacción implica un rol por parte de los alumnos mucho más activo al que están (y estamos) acostumbrados, que además deberíamos procurar que se mantenga una vez termine la cuarentena.

La experiencia interactiva se ve reforzada por la retroalimentación inmediata que suelen brindar los programas CAL. Esto es casi imposible para un docente en un aula de clases y en general las estrategias para monitorear los aprendizajes implican un desfasaje entre el momento en que el alumno intenta resolver un problema y el momento en que conoce si su respuesta es correcta o no y, en el mejor de los casos, por qué. Una retroalimentación inmediata, específica y con el objetivo de apoyar el proceso de aprendizaje, más que de evaluar y calificar a los alumnos, es muy beneficiosa. Por ejemplo, ASSISTments, una plataforma de tareas de matemática utilizada en Estados Unidos, ofrece retroalimentación a los alumnos a medida que resuelven los ejercicios y brinda orientación en caso de que sea necesario. Los alumnos mejoran su desempeño en matemática gracias al uso de la plataforma durante tan solo diez minutos por día.

La evidencia también muestra que aquellos programas que personalizan los contenidos a las necesidades individuales de los alumnos tienen muchos mejores resultados. Así, los alumnos pueden concentrarse en aquellos temas en los que tengan más dificultades y avanzar en aquellos que ya hayan dominado. Mientras que algunos programas adaptan los contenidos a partir de una evaluación de diagnóstico inicial, otros van más allá y adaptan la instrucción a la evolución de los alumnos. Incluso personalizan la retroalimentación y los contenidos en función del tipo de error que cometen los alumnos al resolver los ejercicios. El software Minspark, implementado en escuelas secundarias públicas en India, es uno de ellos. Los alumnos mejoran su desempeño en matemática y lengua a pesar de la gran heterogeneidad en los niveles de aprendizaje entre alumnos del mismo grado (sus conocimientos llegan a diferir en seis grados).

Los programas CAL son efectivos para reforzar contenidos del currículo ya vistos en clase en la medida que permiten que los alumnos que están más atrasados puedan revisar los contenidos a su propio ritmo. Dos estudios en India, implementados en escuelas primarias, encuentran resultados positivos en los aprendizajes de los alumnos. En uno de los casos, todos los niños que tienen acceso al software obtienen mejores resultados en las pruebas de matemática, pero los niños que inicialmente tienen un peor desempeño mejoran aún más. En el otro caso, se encuentran resultados para los alumnos de más bajo desempeño mientras que los alumnos que comprendieron los contenidos en las clases regulares no le sacan provecho al refuerzo de los contenidos. En el caso de la plataforma de tareas de matemática que mencionamos anteriormente, los efectos también son más grandes para aquellos alumnos con un desempeño inicial más bajo.

Los resultados son más contundentes para matemática que para lengua, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de la evidencia disponible se centra en esta disciplina. La evidencia sugiere que las intervenciones que logran mejorar los aprendizajes en lengua se focalizan en estudiantes en los últimos años de la educación primaria en lugar de en alumnos que están en proceso de alfabetización, para quienes deberían diseñarse otras estrategias.

Un reto nada menor de este esfuerzo por educar a los niños en casa es la necesidad de que los padres se involucren y sustituyan de alguna manera el trabajo que hace el docente en el aula. Los niños más pequeños, particularmente, necesitan mucho apoyo. Afortunadamente, hay alternativas muy buenas en este contexto que consisten en el envío de mensajes de texto para inspirar y recordar a los padres, o compartir recomendaciones sobre actividades rápidas y fáciles que pueden hacer con sus hijos en casa. Esto además es útil cuando no hay acceso amplio a computadoras o a internet.

Aunque el escenario actual es uno de sustitución casi completa del colegio por la educación en el hogar, esta sustitución puede ser más positiva si apelamos a los aprendizajes de los programas de educación asistida por tecnología. Estas ideas también cobrarán especial importancia cuando se retomen las clases presenciales, pues lo más seguro es que en el futuro se recurra al uso de las TIC en la educación como un complemento inexorable.

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